El orgullo de Julia Aceituno

Entre el aluvión de inauguraciones pre-electorales que han tenido lugar las últimas semanas, hubo una que a mi entender merece un aplauso.
En lo que según me ha comentado un amigo que asistió fué un bonito, emotivo y comedido acto, el pasado 23 de marzo Julia Aceituno acompañada del alcalde Hereu, descubría la placa que identificará, de ahora en adelante, el lugar donde antiguamente se encontraba el barrio de barracas del Somorrostro. El Somorrostro fué, no hace tanto tiempo, un barrio en el que llegaron a vivir cerca de 100.000 personas (Carmen Amaya entre ellas). Sin embargo en el lugar donde había estado el barrio (más o menos frente al actual Hospital del Mar) no existía hasta la fecha ningún tipo de señalización que permitiera identificar y recordar su existencia.
Así lo evindenció el documental "Barraques, la ciutat oblidada" que Alonso Carnicer Y Sara Grimal hicieron sobre los antiguos barrios de barracas de Barcelona en el 2009. Dicho documental finalizaba con una escena en que Julia Aceituno, antigua vecina del Somorrostro recordaba su vida pasada en el barrio y se mostraba sorprendida por como el Somorrostro había desaparecido de la memoria de nuestro ayuntamiento.

Julia Aceituno mirando la placa que de ahora en adelanta indicará donde estaba el barrio

Copio de la web de TV3 la transcripción del diálogo final que mantien Julia Aceituno con su hermano:
Julia Aceituno: “No quieren recordar que aquí estuvo el Somorrostro. Pues estuvo. Y estuvo bastantes años, de penuria, de dolor...
José Aceituno: “No, no hay ni un letrero que ponga Somorrostro…”
Julia Aceituno: “Lo que echo en falta es que hay carteles que pone: ‘Avenida Icaria’, ‘Bogatell’… ¿Y el Somorrostro, dónde lo han dejado? Porque allí estuvo el Somorrostro. Quieran o no quieran, estuvo allí el Somorrostro. Que pasamos mucha necesidad, mucha miseria, aguantamos mucho. Yo voy a escribir una carta al Ayuntamiento y se lo voy a solicitar, que pongan que allí estuvo el Somorrostro. Porque es como un homenaje para todos los que vivimos allí. No ya por nosotros, sino por todos. Porque nos lo merecemos, creo yo.”

Vaya si se lo merecían. Siendo justos hay que destacar también el tesón y a la sensibilidad de Alonso Carnicer, Sara Grimal, Mercé Tatjer y tantos otros que con su empeño y su perseverancia han hecho posible la restitución de la memoria de este espacio y de algun modo la reparación moral de todos los que allí vivieron.
Y en lo que respecta al ayuntamiento, pues a gustos. Parece mentira que hasta la fecha nadie en el consistorio haya tenido la sensibilidad y el buen gusto de recuperar la memoria del Somorrostro. Por otro lado, es de agradecer que aunque con retraso finalmente lo hayan hecho.